En la Universidad de Florida hay una población latina de 21.20%. El año escolar pasado, Florida le dio la bienvenida a 45,000 estudiantes internacionales. Muchas de estas personas son de países latinoamericanos, y han llegado aquí para estudiar.
Con este cambio en sus vidas y lejos de sus familias, llegaron a un lugar dónde el español no es la lengua principal y el ambiente es muy distinto. Sin embargo, todavía crean oportunidades para celebrar y participar en las culturas de sus países a través de compartiendo en la cultura de UF y de Gainesville.
Natalia Rojas, una estudiante de 20 años de segundo año estudiando informática, salió de Costa Rica para conseguir mejores oportunidades de educación que no estaban disponibles en su país.
“Hay oportunidades muy buenas donde puedes estudiar la carrera en la Universidad de Costa Rica”, dijo. “Sin embargo, Costa Rica es un país muy pequeño”.
Por eso, no hay tantas compañías tecnológicas o oportunidades de empleo, ella dijo.
Para Rojas, muchos aspectos de Gainesville le han gustado después de llegar a la ciudad.
“Yo no me esperaba encontrar tanta comunidad latina y yo no me esperaba que una universidad tan grande se sienta tan pequeña”, dijo.
Pero Rojas explicó que extraña mucho a Costa Rica a pesar de que le guste Gainesville.
“Extraño mucho a mi familia y a mis amigos que conozco de toda la vida”, dijo.
Especialmente, dijo, porque las zonas de horarios en los dos lugares son diferentes y entonces es más difícil coordinar tiempos para hablar.
“Llegan a la casa a las ocho, nueve de la noche entonces son como las once para mí”, algo que dijo resulta en tiempo limitado para hablar con su familia.
Rojas dijo que también es difícil visitar a su familia porque los boletos de viaje son caros.
Explicó Rojas que no ha sido fácil encontrar comida costarricense, incluso con ingredientes de calidad que le recuerdan de casa.
“Las comidas típicas de gallo pinto, el chifrijo, son muy difíciles de encontrar”, dijo ella.
Por esas razones, Rojas dijo que, en tiempo, quiere volver a Costa Rica.
“Hay muchas más oportunidades laborales en los Estados Unidos, entonces, definitivamente quisiera aprovechar esas oportunidades laborales”, dijo. “Sin embargo, es como que estoy pensando mucho más adelante como que ya cuando yo quiera empezar una familia me gustaría volver a Costa Rica”.
Angela Anzalone, una estudiante de 19 años de último año estudiando psicología, llegó a los Estados Unidos cuando tenía catorce años después de emigrar de Barquisimeto, Venezuela, a Tampa para evitar las condiciones socioeconómicas del país.
“Toda la familia de mi papá está en los Estados Unidos, entonces mis padres decidieron movernos para que yo terminara high school acá y estudiara en la universidad en los Estados Unidos”, dijo Anzalone.
Para ella, vivir en Tampa no le ofreció muchas oportunidades para conectarse con una comunidad latina.
“A pesar de que hay muchos latinos, me pareció muy diferente [que Venezuela]", dijo. “La gente era más distante, menos en comunidad”.
Después de graduarse de la escuela secundaria, eligió estudiar en UF porque no quería irse de Florida y porque UF es la mejor opción del estado, dijo Anzalone.
Inmediatamente noto que Gainesville era un cambio completo en comparación a Tampa.
“Cuando me fui a Gainesville, me pareció mucho mejor. Me parece que la gente estaba unida, siento que encontré mi comunidad latina”, dijo Anzalone.
Pensando en las diferencias entre Gainesville y Venezuela, Anzalone dijo que, aunque extraña a las montañas y la playa, puede agradecer la naturaleza de Gainesville especialmente los lagos y senderos.
Además, dijo que le gusta Gainesville porque “todo está cerca, no tengo que usar el carro tanto, puedo caminar y es [una ciudad] pequeña”.
Para Anzalone, una diferencia desagradable entre Gainesville y Venezuela es la dinámica social.
“Siento que las personas [en Venezuela] son muy allegadas”, dijo, explicando que “es la cultura de siempre estar juntos [y] visitar las casas”. Pero, “siento que en Gainesville tengo que poner más esfuerzo para estar con otros”.
Una cosa que Anzalone piensa que mejoraría la comunidad venezolana en Gainesville sería más desarrollo profesional.
“[A los venezolanos] les falta ese apoyo de cosas como ‘networking'”, dijo. Algo que considera importante porque el sistema profesional de los EE. UU. puede ser difícil de navegar.
Julio Andrés Leonardi, un estudiante de 10 años de segundo año estudiando informática, llegó a los EE. UU. en 2023 para empezar su educación universitaria después de irse de Venezuela.
Explicó que salió de Venezuela por razones extensas, pero que vino a UF porque sabía que tenía “una población grande de latinos”, algo que creyó le ayudaría “sentirse un poco más en casa”.
Andrés Leonardi dijo que, desde que llegó, le ha gustado Gainesville.
“Me gusta el sentido de comunidad que existe en UF”, dijo. “Me gusta que, por ejemplo, en University Avenue está este restaurante llamado La Maracucha que sirve comida venezolana. Así son cosas que me recuerdan a mí casa”.
Sin embargo, dijo que son cosas que extraña de Venezuela, incluso la comida.
“Lo que extraño, por supuesto, es mi familia”, dijo. “Extraño parte de la comida. En Gainesville existen restaurantes venezolanos pero hay cosas que faltan por supuesto”.
Algo más que dijo que extraña es la edad legal para beber alcohol, que es 18 años en Venezuela pero 21 en EE. UU.
Notó también que, diferente a Valencia, Venezuela, Gainesville no tiene montañas.
Pensando en su futuro, Andrés Leonardi dijo que “estaría dispuesto a reubicarme de nuevo, pero prefiero quedarme aquí [en Florida]”.
Con una cultura latina influyente, estos estudiantes continuarán acudiendo a cosas como la comida, la comunidad y el ambiente estadonudiense para sentirse más cómodos en un nuevo lugar.
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Avery Parker is a third-year English and History major covering university affairs for The Alligator. Outside of reporting, Avery spends his time doting on his cats, reading, and listening to music by the Manwolves.