Translated by Sofia Echeverry
La familia Robasciotti nunca podría haber previsto que parte de su hogar, su lugar seguro, se hundiera en cuestión de unos días.
Erin Robasciotti, una residente de 36 años de Gainesville, estaba arropando a su hija de 11 años cuando oyó un ruido como un trueno en el patio. Abrió la puerta corrediza y el mosquitero de su casa en el vecindario West End Estates, ubicado cerca a Northwest 14th Place. Se encontró un socavón enorme en el mismo patio donde juega su hija todos los días.
El socavón media 60 pies de ancho y 25 pies de hondo el jueves cuando llegó el cuerpo de bomberos de Gainesville (GFR) a investigar, comentó el jefe de bomberos adjunto Joseph Hillhouse. La ciudad recomendó que seis casas en el vecindario evacuen.
Algunos geólogos del condado de Alachua ahora estiman que el socavón ha crecido 15 pies de ancho cada día. Ahora mide 90 pies de ancho, mas que la mitad de la altura del Century Tower de UF. GFR instaló una cerca provisional y vació una piscina que está colgando del borde del socavón.
Hillhouse disuade al público de visitar el socavón para evitar heridas y accidentes. El socavón alcanza al patio de cuatro casas y está en frente de dos mas.
Aunque los hundimientos de tierra son comunes en el condado de Alachua, los socavones que crecen tan rápido como estos son raros, según un informe del departamento de protección ambiental del condado de Alachua. Estas formaciones se han vuelto mas comunes durante los ultimos 25 años por actividad humana, como la retirada de agua subterránea, la desviación de agua superficial y la construcción de los estanques.
Robasciotti comparó esta situación con el huracán Katrina en el año 2005, cuando perdió su hogar y sus pertenencias. Ella alquila la casa de un colega de su pareja.
El viernes, Robasciotti perderá su trabajo cuando Felipe’s, la taquería mexicana cierre permanentemente; dijo que esta podría ser la señal que necesitaba para mudarse fuera de Gainesville.
Cuando empezó a observar el socavón en su patio, quedó estupefacta. Ahora, habla abiertamente sobre la falta de apoyo de la comunidad de Gainesville.
“Nomas llegan y tocan la puerta y te dicen que le vayas a la m-----”, dijo Robasciotti. “No hay ayudas. No hay FEMA. No te dicen, ‘tome un número de teléfono 1-800 para conseguir bonos de vivienda’”.
Su familia está sin hogar. Ella explicó que se están quedando en hoteles y en los hogares de sus amigos.
Los bomberos de GFR les pidieron evacuar a Robasciotti, su pareja y su hija para evaluar la infraestructura y dejar que Gainesville Regional Utilities desvíe los cables de alta tensión.
Cinco casas cercanas al socavón en el vecindario de West End Estates recibieron un aviso de evacuación, pero la decisión final depende de los propietarios.
La Cruz Roja Estadounidense ofreció servicios de vivienda de emergencia por 48 horas a los cinco propietarios, dijo Hillhouse. Las familias afectadas hicieron otros planes, y el propietario le dijo a los funcionarios de la ciudad que la familia Robasciotti tenían donde quedarse.
Donde antes existía un patio común entre las casas ahora lo único que queda es duda e incertidumbre.
Tom Berson, un residente de Gainesville de 50 años que vive en frente al socavón, está pasando sus pertenencias a un depósito. Berson dijo que es afortunado porque no tiene hijos que trasladar.
Este residente explicó que está preocupado con lo que va a pasar cuando crezca el socavón y trague la piscina de su vecino y los árboles circundantes.
“De repente le dicen que se debe mudar en medio de una pandemia con ninguna idea a donde ir”, dijo. “Esto no lo tenía en mi tarjeta de bingo del 2020”.
La ciudad está monitorizando la situación cambiante para asegurar la seguridad de las familias que han evacuado, explicó David Arreola, un comisionado de la ciudad de Gainesville.
“Estamos aquí para ellos”, dijo. “No tienen que enfrentar esta situación solos. Sin embargo, les aconsejaría a todos que consideren obtener un seguro con cobertura de hundimiento de tierra”.
Alan Halaly is a third-year journalism major and the Spring 2023 Editor-in-Chief of The Alligator. He's previously served as Engagement Managing Editor, Metro Editor and Photo Editor. Alan has also held internships with the Miami New Times and The Daily Beast, and spent his first two semesters in college on The Alligator’s Metro desk covering city and county affairs.
Sofia is a news assistant on The Alligator's university desk. This is her second semester at paper, where she previously worked as a translator for El Caimán.